Crónica de la visita que me llenó de esperanza
Antes, sólo sabía que St. Jude era un hospital especializado en tratar el cáncer infantil… del que Luis Fonsi hablaba por la televisión local. Hasta que un día recibí una invitación para conocer en detalle el trabajo y la misión del St. Jude Children’s Research Hospital. Tras esa invitación descubrí lo que caracteriza a St. Jude, que:
“a ningún niño se le niega el tratamiento sobre la base de su raza, religión o capacidad de pago de la familia.” – Danny Thomas
Así que, con mucha emoción, acepté la invitación de visitar el Hospital St. Jude junto a un grupo de bloggers de distintos lugares de los Estados Unidos.
Mi aventura comenzó desde que estaba en el avión rumbo a Memphis, Tennessee. En el vuelo, junto a mí, estaba este chico mexicano de 22 años. ¡Fue tan agradable conversar en español luego de tantos “excuse me” y “thank you’s” en el aeropuerto! Casualmente, también se dirigía al Hospital St. Jude.
Durante la conversación con mi nuevo amigo, él comentó que se haría unas evaluaciones en el hospital y, al día siguiente, regresaría a su hogar en México. No quise preguntar mucho por ser algo personal. Preferí escuchar lo que él quisiera compartir. Eso sí, me preocupé mucho por él, y por el sacrificio económico que debería enfrentar al viajar desde México. En ese momento no sabía que el Hospital St. Jude cubre la transportación aérea, además de la estadía y servicios médicos.
La historia de los derechos civiles
Antes de visitar el hospital, nos llevaron al Museo Nacional de los Derechos Civiles, como parte del #StJudeBlogTour. Fue muy triste ver cómo sucedieron las luchas hacia la eliminación de la segregación racial en Estados Unidos. Ese movimiento hacia la igualdad también fue una meta del Hospital St. Jude, pues desde sus inicios, recibió niños con necesidad de tratamiento contra el cáncer, sin importar el país de origen, su religión, su raza o capacidad económica.
La visita al Hospital St. Jude
Cuando llegamos al hospital, fue impresionante percibir paz. Los médicos, los padres de los pacientes, los mismos pacientes, sus caras reflejaban tranquilidad. Los pasillos son coloridos, algunos llenos de artes realizados por los mismos pacientes. Un lugar realmente acogedor.
Entonces, luego de una charla con un doctor, quien fue paciente del Hospital St. Jude durante su adolescencia, vi a esta niña demasiado traviesa y llena de energía. Su mamá nos compartió sus vivencias desde que la hija fue diagnosticada con cáncer a los dos años. Habló sobre cómo la familia se ha ajustado para atender la salud de la niña y el tratamiento que recibe en St. Jude. Pero la hija, que ya tenía 4 años, estaba más interesada en correr y jugar con su hermanito menor. Me sorprendió ver que, a pesar de la quimioterapia que debía estar recibiendo, ella estaba tan llena de energía como cualquier otro niño de su edad. Era tan contrastante verla con poco pelo y con tanta energía, que me alegró demasiado que estuviera corriendo por todo el salón. Su diagnóstico no fue impedimento para que ella disfrute su niñez.
Target House del Hospital St. Jude
Muchas familias tienen que ajustar su estilo de vida cuando un hijo recibe diagnóstico de cáncer. En ocasiones, deben mudarse a Memphis hasta por tres años para recibir el tratamiento adecuado. Pero el Hospital St. Jude, en su misión de salvar las vidas de los niños sin importar su situación económica, también se encargó de proveer vivienda a las familias que se relocalizan a Memphis por tiempo prolongado.
Visitamos el Target House: un complejo de apartamentos donde viven las familias que deben permanecer por bastante tiempo para que su niño reciba tratamiento en el Hospital St. Jude. Cada apartamento es de dos habitaciones y está completamente equipado. Además tienen áreas comunes como salones de juegos, espacios de música, salones de arte, gimnasio y patio. Y es provisto libre de costo para los pacientes y su familia. Gratis. Free.
¿De dónde sale el dinero?
Al ver todos los recursos médicos, investigaciones, servicios y viviendas, es normal preguntarse de dónde sale el dinero para costear el funcionamiento del hospital. St. Jude opera con los donativos de personas generosas y con compañías que se identifican con la causa del hospital. De hecho, el 75% de los costos del hospital son cubiertos por donaciones individuales. O sea, lo que damos puede parecer insignificante; sin embargo, somos muchos los que aportamos. Y esto hace que la mamá de un paciente pueda almorzar, o que el paciente reciba la última quimioterapia que necesita para regresar a casa.
La visita al Hospital St. Jude me llenó de esperanza
Antes, un diagnóstico de cáncer en algún niño podía significar una sentencia de muerte. Pero las investigaciones hechas en el Hospital St. Jude desde sus comienzos, han permitido que el panorama de muchos niños esté lleno de esperanza.
Me siento cómoda en hablar sobre el Hospital St. Jude. Ví de primera mano la atención y el cariño hacia los niños y sus familias, no importa el país de donde llegan. Ví cómo procuran que la familia esté orientada del proceso, no importa la edad del paciente o el idioma de la familia. Ví que, con las donaciones, la familia del paciente no tiene que preocuparse por costear su tratamiento.
Cuéntame, ¿has tenido una experiencia con el Hospital St. Jude?
Nota: Soy blogger de tema familiar en Puerto Rico. Escribo como Embajadora del St. Jude Children’s Research Hospital. Las opiniones e imágenes son de mi autoría. No recibí compensación por escribir esta entrada. Agradezco la invitación al #StJudeBlogTour del St. Jude Children’s Research Hospital en Memphis, Tennessee.